miércoles, 11 de febrero de 2009

El Pishtaco (Mito o Realidad de los Andes Peruanos)

Se trata de un personaje prefigurado con presencia en las altas cordilleras, parajes desolados, lagunas y quebradas de los Andes. Tiene como caracteristica primordial su gran medida corporea y su aspecto de hombre blanco , barbudo y rubio o pelirrojo.

Algunos han observado la similitud de este personaje con los antiguos conquistadores, Mistis o hijos de los terrieros españoles o mestizos blancos que teniendo fama de sanguinarios, inmorales y de lengua no reconocible por los quechuas, hacían de este un personaje diabólico e invencible como los ichillocllo o gnomos barbados, rubios lujuriosos que pueblan puquios y manantiales.

El "Nacaj" o Pishtaco no es un simple asesino. En su raíz mítica no mata por dinero ni por diversión, sinó por mandato de superiores con el fin de obtener una dotación de grasa humana.

El pishtaco pudo ser en tiempos pre-colombinos un comisionado oficial del sacerdocio, proveedor de material para los sacrificios.


La muerte del Pishtaco

Cerca de la cueva de un Pishtaco, un anciano instaló su choza. Allí llegaba por las tardes a dormir, acompañado de un perro cuyo nombre era Jarimán.

Al Pishtaco no le gustó la vecindad del anciano y ante el temor de ser descubierto, resolvió quitarle la vida. Una noche oscura se dirigió a la choza del anciano a quien encontró masticando coca.

- viejo, la plata o la vida!!
el anciano replicó:
- notengo dinero , ¿de dónde te voy a dar nada?
- entonces pagame con la vida - concluyó el Pishtaco listo a degollarlo.
Pero el anciano imploró una gracia diciendo:
- antes de que tu me hagas nada te pido un momentito para rogar a Dios y despedirme de mi perro cantando mi tristeza.
-Bueno! pero rápido! - fue la respuesta del Pishtaco.
En efecto, el anciano se puso a cantar llorando y rogó a Dios por la buena vida de su perro con estas palabras:
- Hay Jarimán , Jarimán! Hallegado la hora de mi muerte , el fin de mi destino, me voy de esta vida , hay Jarimancito!!!

El Perro que estaba por allí cerca, al escuchar las voces de su dueño vino disimuladamente corriendo, por detrás del Pishtaco de un salto lo cogió por la garganta y lo derribó al suelo. En ese momento el anciano cogió el puñal y lo plantó en el corazón del Pishtaco , quien murió en el acto.

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